Rion está en una misión para encontrar a su desaparecido amigo Shihoko. Sus únicas dos pistas son una tarjeta que le había dado Shihoko y una confesión de que su mejor amiga estaba enamorada de un vampiro. Por lo tanto se dirige a un club lleno de anfitriones que ella insiste son vampiros. Suou, el propietario del club, niega conocer a alguien de nombre Shihoko y afirma que los anfitriones no son vampiros. Ante la insistencia de que Rion debe marcharse del club, ella arroja una botella de vino muy, muy cara al suelo para dejar en claro que no se irá hasta descubrir la verdad. Ahora para pagar la botella que ha roto, termina trabajando a tiempo parcial en el club. Mientras continúa la búsqueda de su amigo, Rion se da cuenta de que los anfitriones (vampiros o no), no son el grupo que secuestro a Shihoko y termina siendo rescatada por otro grupo de aparentes vampiro ¿Quiénes son los verdaderos vampiros?