Todo lo que ella sostenía cariñosamente fue quitado de ella. El derecho de nacimiento que originalmente era de ella. La vida lujosa con la que se suponía que viviría. La familia de carteles que la amaba más que a su propia familia. Su identidad, que podría haber cambiado todo el flujo de su cruel vida. Incluso el hombre que nunca pensó que la traicionaría alguna vez, le arrebató su inocencia y la rechazó como si ella no fuera más que un simple juguete. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus suaves mejillas al recordar todas esas cosas del pasado. Todos los buenos recuerdos de una vez anterior nunca pueden superar la sensación de odio que hierve dentro de ella. "Dicen que las llamas del odio propio son como una espada de doble filo. Pueden reducir a tus enemigos a la nada pero también pueden convertirte en cenizas. ¡Jaja! Muy mal, soy un fénix. No me muero de mis propias llamas. En lugar de eso, renaceré, lo que simplemente significa que en esta batalla final de poder e influencia, ¡yo, Wang Reiji, seré el único vencedor! "