En una era donde los psicoquinéticos no son muy aceptados por la sociedad, ya que recibían discriminación, miedo e indiferencia hacia unos dones que podrían considerarse antinatural. Pero para nuestro protagonista Elías, eso no es ni un problema, ya que lo único que le interesa a él es viajar y dibujar toda maravilla, o ruinas de civilizaciones antiguas que había en el mundo. Ante esa meta siempre se motiva así mismo, como también lo hace con el resto de sus compañeros para seguir adelante, con eso en mente el joven ya tenía una idea de que estas habilidades psíquicas que tiene él y su generación no es algo nuevo, sino que estaba despertando a través de un largo tiempo y una pista de ello viene de mitos y leyendas.