El aceite se encuentra con el agua. El gato se encuentra con el perro. Esa es la mejor manera de describir la relación entre Sara, la Reina del Infierno, y Marshall, el Rey del Cielo. Obligada en un principio a casarse para poner fin al brutal conflicto entre el Cielo y el Infierno, Sara asume inmediatamente que no hay forma de que se enamore realmente de Marshall. No sólo es apenas mayor de edad, sino que es demasiado dulce y sumiso para su ardiente personalidad. Sin embargo, Marshall insiste en abrirse camino en el corazón de Sara, haciendo todo lo posible por adorarla y conocerla mejor. Y a pesar de las interferencias del celoso ex-prometido de Sara y de los intrigantes hermanos mayores de Marshall, Sara se va encariñando poco a poco (y de forma torpe) con el cachorro de su marido. ¿Aprenderá la Reina del Infierno a amar a Marshall en su totalidad, a pesar de su corazón de hielo?