Durante una de las noches más intensas, Sophia y Ethan quedaron atrapados juntos en una cabaña mientras afuera se desataba una tormenta. La cercanía entre ellos en este espacio cerrado incrementó las emociones al límite. Ethan, sintiendo cada latido y respiración de Sophia mucho más fuerte que cualquier otro humano, luchaba entre su instinto vampírico y su deseo por protegerla. El ambiente se volvió cada vez más eléctrico, y finalmente, entre miradas profundas y silencios llenos de tensión, Ethan se acercó lo suficiente para que Sophia sintiera su respiración.