"Akiko es una joven artista de 24 años que siempre ha vivido en el pueblo de su familia, lejos del bullicio de la ciudad. Es la protagonista de ""La tinta secó"" y su nombre es mencionado muchas veces a lo largo de la historia ya que ella es quien guía al lector en su camino por el mundo del arte y la creatividad.

Desde pequeña, Akiko tuvo un gran interés por el arte y la pintura. Aunque su familia no era especialmente rica, su padre logró comprarle su primer juego de lápices de colores y desde entonces nunca se separó de ellos. Fue en ese momento cuando descubrió su verdadera pasión y se dio cuenta de que quería dedicar su vida al mundo del arte.

Mientras asistía a la escuela de arte, Akiko se fue formando como artista y ganando reconocimiento en su pueblo por su talento. Muchas personas la conocían y la respetaban por su creatividad y su capacidad para transmitir emociones a través de sus obras.

A pesar de todas estas cualidades, Akiko también tenía sus defectos. Era muy perfeccionista y se ponía muy nerviosa ante la idea de que algo no saliera como había planeado. Además, le costaba relacionarse con la gente y tenía pocas amistades.

Fue en una exposición de arte donde Akiko conoció a una mujer llamada Ana. Ana era una artista exitosa que estaba interesada en el trabajo de Akiko y le ofreció convertirla en su aprendiz. Akiko aceptó emocionada y así comenzó su camino hacia el éxito en el mundo del arte.

A lo largo de la historia, Akiko enfrenta desafíos y se encuentra con diferentes personajes, pero siempre mantiene su pasión por el arte y su deseo de aprender y crecer como artista. Su nombre es mencionado una y otra vez porque ella es el corazón de ""La tinta secó"" y es con quien el lector se identifica en su camino hacia la creatividad y la autoexpresión."