"Pablo, el protagonista principal de La Vida Siempre Duele, es un joven de 20 años que vive en una pequeña ciudad de Japón. Desde pequeño, Pablo ha sido un niño introvertido y tímido, que se ha refugiado en su amor por la música para escapar de la realidad.
Pablo es un apasionado del rock, y toca la guitarra eléctrica con gran habilidad. A pesar de su talento, nunca ha seguido adelante con su sueño de convertirse en músico profesional, debido a la falta de confianza en sí mismo y la presión de su padre, que considera su hobby como una pérdida de tiempo.
A lo largo de la historia, vamos conociendo más en profundidad a Pablo, y descubrimos que detrás de su aparente frialdad y distancia, se esconde un joven frágil y sensible, que ha sufrido mucho a lo largo de su vida. Pablo perdió a su madre cuando tenía apenas 5 años, y su padre nunca llegó a aceptar del todo la pérdida, lo que ha creado una dinámica de tensión y desconfianza en su relación.
A pesar de todo, Pablo sigue adelante con su vida, y encuentra en Reika, su compañera de clase, una fuente de apoyo y consuelo. Reika es una chica extrovertida y alegre, que conecta con Pablo desde el primer momento, y lo anima a seguir adelante con su pasión por la música.
En el transcurso de la trama, Pablo se verá obligado a enfrentarse a algunos de sus mayores miedos, y a tomar decisiones que cambiarán su vida por completo. A través de sus vivencias, vamos descubriendo una parte más profunda y vulnerable de su personalidad, que contrasta con su fachada de chico duro y rebelde.
En definitiva, Pablo es un personaje complejo y bien construido, que nos invita a reflexionar sobre temas como la identidad, la autoaceptación y el amor propio. A lo largo de su historia, sigue adelante con su sueño de ser músico y lucha por ser fiel a sí mismo, demostrando que, a pesar del dolor, la vida siempre puede ser hermosa."